Había un pato en la sandía gigante o algo.

Ojalá reencontrarnos y follarnos. Luego las consecuencias y un "¿Que tal te va la vida?" Yo aquí echándote de menos y queriendo saber cuál fue la despedida. Me levanto por las mañanas con ansia e ira, hay un viejo (Más bien cerdo) que nos despierta cada día. Quiero partirle las piernas y los brazos antes de empezar mi huída. Al menos cuándo te veía un beso podría llevarme con la herida, a veces te echo de menos o a la idea que tenía. 

Estoy escondido, yo le llamo "Mi guarida" tenía que haberme encerrado mientras las lágrimas caían... Pero me daba pereza, como el escuadrón suicida. Me quedan 17 minutos y no quiero meterme prisa. Estoy entre encerrarme a oscuras o hacer de mis ojos un prisma. Probablemente me pire de aquí a trece días. Es un guiño a mí Sortiara, que orgullosa que estaría. ¿Sabes si me salen alas? Las aguas del mar parecían turbias como el pescado en la ensalada. No sabía que si me giraba el espejo me miraba y me volví medio majara cuándo estaba en el fondo de este magma.

Huele a meo y a podrido, hasta con la mascarilla, qué gozada. Encendieron la luz y el tiempo se me escapa, tenía un diario en casa, ahí ponía cosas que se me escapaban, quizá le nombre esperanza. En el fondo de este pozo aún me miran tus ojos azules. Tengo que caminar y esperar 15 minutos mientras resuelvo mi puzzle. Se me acerca una tormenta y ya me mojaron las nubes, increíble que aún presienta cuándo será mierda un lunes. Con miradas de asco me encuentro en el camino, pero no sé si son las piedras o era este mi destino, quiero tumbarme un rato y como buen adivino, por mucho que hoy no pueda, mañana seguiré conmigo.